martes, julio 08, 2008



Hace un mes me despidieron. Me dieron la oportunidad de volver y decidí no hacerlo. Porque estaba viviendo en automático, no sentía nada. Nada. Estaba harto de Seth, de su pinche vida de mentiras y de su aspecto cavernicola. Repudio el olor a perro que emana de el. Si tan solo bañara a sus mascotas de vez en cuando, seria otra historia eso de oler a perro. Estoy cansado de sus dedos gordos y blancos, las uñas cortas y los dientes chuecos. Ya no podía soportar el sonido de sus botas caminado por el estudio, las mentiras, las mentiras, todas las mentiras.

Perdi todo mi portafolio y me quede con las manos vacias. Sin visa y sin fotos. Bastante jodido.

Ya no podia seguir ahi. Me estaba convirtiendo en una version muy asquerosa de mi mismo.

El estudio esta vacío, no hay nada ahi adentro. Todos tienen el alma dormida. Sin pulso, sin sabor, sin olor. Se remiten a nada. Todo es ajeno. 

No vivo en NY, vivo en una cuidad ficticia. Salgo a la calle y todo parece de mentiras. Me siento dormido, nada es tangible. Es una dimensión desconocida. Estoy en una incubadora, sin contacto con nada, esperando a salir, a apoderarme de lo mio, de lo que sea mio. Quiero salir de esta cajita amarillenta y vomitar todo lo que tengo de mas. Pero no es el momento y me da impotencia. Necesito pasar mas tiempo recluido en tantas cosas antes de hacer lo que tenga que hacer.  

Y entre tantas cosas me enamoro y me desenamoro con mucha facilidad. De repente me acuerdo del diablo y no se que categoría darle en mi cabeza. Ivan, Ivan, Ivan. Se llama Ivan. Es una replica fisica y emocional del diablo. Todos los días se pone una gorra con la visera hacia atrás y de vez en cuando me ignora, cosa que me encantaaaaaa. No puedo creerlo. Su voz, sus gestos, su cara, sus dedos, su piel, su cuerpo de lagartija. Pero se que solo lo invoco porque estoy en una etapa delicada, estoy debil y no controlo mis emociones. Estan en estado salvaje, tienen cuchillos escondidos entre las piernas y ojos en las manos. Ven demasiado y cortan muchas cabezas.

Ivan, Ivan, Ivan. Se llama Ivan. Quiero besarlo. Quiero amanecer con el. No, mejor no quiero. Ni siquiera se si lo quiero a el, o si extraño a David. Es este empezar de cero que pone tan indeciso y desesperado. Pero poco a poco Enriquito, poco a poco. Vas a callar bocas y vas a domar emociones. Poco a poquito. Tu sabes lo que estas haciendo. Siempre sabes a donde vas.